La gran trinfadora de la noche de los Oscar ha sido, sin lugar a dudas, la película del director Danny Boyle. Creo que es un premio muy merecido. La película es espectacular, no deje indiferente a nadie. La trama es dura, pero consigue transmitir un halo de sensibilidad al espectador, que hace que vivas el papel del protagonista con mucha intensidad. Es impresionante la forma en que este director consigue llevar la historia del protagonista desde su infancia hasta su edad adulta. La historia de amor que aquí se presenta esta dirigida con una delicadeza inusual hoy en día en muchas películas.
No sólo es una película muy recomendable, sino que es de obligada visión.
Enhorabuena Danny Boyle por esta maravilla de film!