Ha sido muy comentado el estilismo que lucía Doña Letizia el día de las fuerzas armadas y nos gustaría aportar nuestras reflexiones al asunto. Las reglas del protocolo existen para ayudarnos a saber cómo debemos ir vestidos a los diferentes eventos. Evidentemente ninguna regla es inamovible y afortunadamente su flexibilidad es una particularidad que ayuda a evolucionar y a adaptarnos a los tiempos. La verdad es que resulta muy cómodo cuando te indican el dress code adecuado para un evento porque nos permite vestir adecuadamente para el objeto del evento además de no ser una nota discordante en él. El día de las fuerzas armadas es una fiesta conmemorativa con desfile militar donde acude el Rey junto a la Familia Real y los representantes más importantes de todos los poderes del Estado, además de la mayoría de los presidentes de las Autonomías Españolas. Parece que el evento requiere mucho boato, es decir, ¿una camisa de seda es una prenda con elegancia y la prestancia que requiere el besa manos en el Palacio Real? Cuando el protocolo dice “vestido corto” significa que no hay que engalanarse demasiado, es decir, que no es un traje de gala. Por lo tanto desde el punto de vista del espíritu del protocolo La princesa Letizia iba impecable. Otra cosa es si los que acudieron al acto se cuestionasen si la princesa estaba dando la importancia que se merecía este homenaje a la bandera y al ejército. Veamos las imágenes para poder comparar. En la segunda foto Doña Letizia con el chal está a la altura de la fiesta de la Hispanidad, en la tercera foto (imagen tomada del año anterior) está impecable pero en la primera foto donde aparece en camisa, aunque estuviese muy guapa para un cóctel de otra índole en nuestra opinión para esta ocasión resulta un poco pobre.
Lo importante de todo esto es que surja un debate donde opinemos desde el punto de vista de la etiqueta y el protocolo y admitiendo que cada uno es libre de interpretarlo como quiera.
Vosotros qué estilismo elegiríais para acudir al Palacio Real, el primero o el tercero?
Myriam del Riego y Begoña Ceballos, equipo de Viste-m